Movilidad sostenible: así es su impacto en Argentina

Por Equipo Santander Post | 21-11-2023 | 5 min de lectura

En las grandes ciudades existen diversos medios de transporte para moverse de forma segura, rápida y eficiente. Ahora es necesario pensar en el impacto que tienen sobre el medio ambiente y trabajar en pos de la movilidad sostenible. 

El concepto de movilidad sostenible empezó a tomar peso en los últimos años, con el desarrollo de grandes tecnologías que influyeron en el urbanismo. El término refiere directamente a una forma de desplazarse de las personas que minimiza el impacto negativo en el medio ambiente, a raíz de la disminución de las emisiones que generan los vehículos. El objetivo es promover modos más limpios y eficientes, como caminar o utilizar la bicicleta, o impulsar el uso del transporte público por sobre el del auto individual. 

La plataforma de movilidad inteligente Ualabee realizó una encuesta con más de 500 participantes de Argentina sobre las preferencias a la hora de trasladarse. Según los resultados, más del 70% coincidió en que el medio de movilidad que más utiliza es el colectivo de mediana y corta distancia, seguido del auto particular con un 8% y el subte con 3,4%. 

Para Florencia Rodríguez Touron, CEO y Co-founder de Bondit App, la movilidad sostenible debe tener como objetivo “que las personas puedan moverse garantizando el acceso a las oportunidades urbanas de la forma más equitativa y accesible posible”. Es decir, que el objetivo no es moverse en sí, sino que se pueda acceder mediante este tipo de modalidades a lugares comunes y necesarios como el trabajo, los centros de salud, educativos o de recreación. “Cuantas más opciones de movilidad existan, más acceso vamos a tener a las oportunidades que brinda cada ciudad”, suma.

Elecciones sostenibles, en cifras

El estudio realizado por Ualabee pone al colectivo en el centro de la escena, como el medio más elegido, por el 70% de los 500 encuestados. A la hora de mencionar cuáles son las opciones alternativas al transporte público para tramos cortos, un 83% coincidió que a pie, mientras que la bicicleta obtuvo un 15% y el skate, los patines y el monopatín se disputaron el 2% restante.

Pese a estos resultados, son pocos los argentinos que optaron por el transporte público por una decisión ligada al compromiso ambiental. Más bien, entre las razones detrás de su decisión, se encuentran la reducción de costos en traslados, la velocidad para llegar más rápido a destino, el manejo de sus tiempos y la seguridad.

Solo un 8% atribuyó su elección al cuidado del medio ambiente y la sustentabilidad. Sin embargo, cuando fueron consultados en qué medida le interesaba conocer el impacto ambiental en sus viajes, es decir, las emisiones de C02 emitidas y su contaminación a nivel general, el 70,9% se mostró con un alto interés en contar con mayor información al respecto, según indica el estudio

Impacto ambiental

La movilidad sostenible también implica que cada ciudadano sea consciente de la huella que tienen las decisiones individuales a nivel social y global. Esto es así debido a que, más allá de las consecuencias ambientales positivas, elegir una forma de traslado sustentable implica un mayor bienestar y mejor calidad de vida.

De acuerdo a Alexis Picón Güell, optar por una movilidad sostenible tiene un impacto significativo no solo a nivel ambiental, sino también social y económico. “Permite reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, contribuyendo a la lucha contra el cambio climático y nos permite mejorar la calidad del aire al reducir la dependencia de los vehículos particulares. Por otra parte, nos posibilita ahorrar tiempo y reducir el estrés que ocasiona la congestión del tráfico, además de fomentar el uso de modos de movilidad sin combustión, tales como la caminata y la bicicleta”. Entre otras razones, la movilidad sostenible favorece el desarrollo urbano y el uso eficiente del espacio, a la vez que promueve la equidad al facilitar el acceso a opciones de transporte asequibles.

Una ecuación sostenible

Según Florencia Rodríguez Touron, existe un enfoque interesante en movilidad sostenible denominado “evitar-cambiar-mejorar”. El primer punto tiene que ver con evitar viajes innecesarios: “es clave orientar la planificación urbana al desarrollo del transporte. Si tenemos una ciudad dispersa, los modos sostenibles son menos eficientes. Necesitamos evitar viajes que podríamos no hacer y dos grandes formas de evitarlos son a través del home office y los trámites a distancia”. 

El segundo punto, cambiar, destaca la profesional, está relacionado a una jerarquía modal en la que se busca invertir la pirámide y lograr que los transportes menos sostenibles sean los menos fomentados. “Lo ideal es modificar el traslado: si voy a viajar en auto, hago un viaje compartido, si no puedo lograrlo, voy al transporte público, si estoy cerca, podría mejor ir en bicicleta o caminando”, ejemplifica Rodríguez Touron. Para eso, advierte, debe mejorarse la performance del transporte público como incentivo a los usuarios para elegirlo por sobre su auto particular. 

El tercer y último enfoque, mejorar, está vinculado a aquellos viajes que no pueden resolverse de otra manera más que de un modo motorizado, como el colectivo o el auto: “Ahora se está dando lugar a los vehículos eléctricos, pero eso debe ir de la mano con una serie de políticas que igualmente tiendan a reducir los viajes. Se reducen las emisiones, sí, pero no se evitan los congestionamientos en las vías”, concluye.

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