Luego de un junio débil, los datos apuntan a que podría haber una recuperación económica en julio. La visión del análisis “Zoom Semanal” de Estudios Económicos de Santander Argentina.
La semana pasada, el INDEC dio a conocer el dato del estimador mensual de actividad económica (EMAE) de junio, el cual reflejó una caída mensual desestacionalizada de 0,3%, volviendo a un desempeño negativo luego de haber mostrado una performance alentadora de 0,7% mensual en mayo.
Cabe recordar que, en ese entonces, había sido el primer dato de avance en lo que va del año. En la comparación anual, la actividad económica registró una variación negativa del 3,9%, luego de haber crecido 1,9% en mayo.
De esta manera, el primer semestre del año concluye con una caída de 3,2% si se compara con el mismo período del año pasado. Si bien el número aún representa una baja, esta fue mucho menor que la respectiva al primer trimestre, la cual fue del 5,1%.
¿Cuáles fueron los sectores más favorecidos?
Al igual que en los meses previos, los sectores en alza y que continúan siendo amortiguadores son: el agro, con un incremento del 82,4% (aunque la base con la que se compara es muy baja, producto de la sequía; el sector energético, y el minero, con una suba del 4,6% gracias a la tracción de Vaca Muerta.
De hecho, la provincia de Neuquén -en julio- alcanzó una producción récord de petróleo y gas en más de un siglo. Por el contrario, los sectores que mostraron caídas fueron 9 de los 16 que componen el índice, donde las bajas fueron lideradas nuevamente por los sectores de la construcción (-23,6%), la industria manufacturera (- 20,4%) y el comercio (-18,6%).
¿Cuál es la brecha de crecimiento y cuál es el pronóstico para los próximos meses?
Existen marcadas diferencias de ritmo entre los sectores ligados a los recursos naturales (agro, minería y energía) en comparación al resto. Los primeros vienen creciendo a tasas promedio superiores al 50% en el segundo trimestre, mientras que el resto de la economía se retrajo en torno al 8%.
Asimismo, los indicadores adelantados de julio para la industria automotriz, despachos de cemento o evolución del crédito en moneda local, dan claros indicios de que -luego del traspié de junio- el mes dio indicios de mejoría.
En líneas generales, se confirma que la recuperación de la actividad económica tocó piso en el primer trimestre del año. Pese a esto, la recuperación no es lineal a lo largo de los meses y existen variaciones tanto en los números. Por ejemplo, mayo fue un buen mes; en junio hubo un traspié; y julio luce muy prometedor). También se confirmó que el crecimiento no es homogéneo a nivel sectorial.
El salario real muestra signos de recuperación
Por el lado del ingreso, hay un desempeño diferenciado entre el salario real, que viene repuntando con los meses ayudado por la baja en el índice de inflación, y el empleo, que si bien sigue cayendo, lo está haciendo en menor medida.
En otras palabras, estos datos indican que la masa salarial ampliada -luego de una pérdida del 18% del salario real en marzo- está recuperando desde niveles muy bajos. Además, en una mirada de mediano y largo plazo, la economía tiene un gran potencial para crecer, dando un margen de avance y evitando cuellos de botella, es decir, recalentamiento del lado de la demanda.
En paralelo, la agenda de reformas en la macro y microeconomía, tendientes a mejorar la productividad de la economía, serán de gran ayuda en este proceso de recuperación. Estas facilitarán a la reducción de la volatilidad cíclica característica de Argentina, la cual es elevada en comparación con otros países emergentes, apuntando a una mayor estabilidad de largo plazo.
En este punto, el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones jugará un rol crucial que según estimaciones del BCRA, hay un potencial de inversiones que superan los USD 50.000 millones solo en el sector energía gracias al potencial de Vaca Muerta.
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