Drones, inteligencia artificial y nuevos servicios: así el campo revoluciona su producción con tecnología

Por Equipo Santander Post | 25-01-2023 | 6 min de lectura

Quienes trabajan en el sector agropecuario buscan reducir el impacto ambiental y, a la vez, mejorar la producción a través de los avances tecnológicos. Qué logros fueron revolucionarios y cuál es la importancia que le otorgan a estas innovaciones. 

Amigable, cuida al medioambiente, la salud y agiliza tiempos y costos. Estas son algunas de las características que se destacan de la tecnología aplicada al mundo agropecuario. Así como en otros aspectos se busca acompañar los cambios en la sociedad, desde el campo también están en sintonía y aplican la tecnología para hacer el trabajo más eficiente. 

El ingeniero agrónomo y docente de la Universidad Católica Argentina (UCA) y presidente del Colegio de Ingenieros Agrónomos y Forestales de la Provincia de Buenos Aires (M.P.: 00146) Horacio “Peco” Repetto, destaca que la tecnología que se usa es amigable en el sentido que “les hace la vida más sencilla, fácil”, reconoce a POST.  

En este sentido, la ingeniera agrónoma, Magíster en producción vegetal, investigadora del INTA y profesora de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER), Alejandra Kemerer, menciona algunos logros desde la agricultura de precisión, que acompañan el trabajo del hombre de campo y le dan “calidad al trabajo que la persona realiza y calidad de vida y en la salud”. Así Kemerer enumera algunas innovaciones: 

  • Banderilleros satelitales:  Es un dispositivo que se coloca en las máquinas pulverizadoras que indica -con una señal luminosa o de diferentes tipos- por dónde la máquina tiene que ir haciendo la aplicación. Este descubrimiento revolucionó el sector “porque antes había una persona con un banderín que le indicaba a la persona que tenía que aplicar por dónde tenía que pasar y era un riesgo para la salud”, reconoce a POST, la ingeniera. 
  • Piloto automático: Es una herramienta que ayuda al maquinista. El productor marca el borde del lote y la máquina automáticamente detecta por dónde tiene que hacer las siguientes pasadas y así se evita que haya doble aplicación en algunos lados o doble siembra. 
  • Monitor de rendimiento: Es un mapa que permite medir cómo varía el rendimiento de un lote. “Antes se sabía que los lotes de producción no rendían igual en todas partes, pero no se podía medir”, explica Kemerer. A partir de este conocimiento se puede utilizar para ajustar la fertilización o hacer manejos diferentes. “Esto mejora la eficiencia del uso de los insumos desde el punto de vista ambiental, evita pérdidas y mejora la rentabilidad. Es decir, tiene beneficios desde lo ambiental, económico y productivo”, detalla. 

Tecnología y costos

En cuanto al acceso a este tipo de tecnología, la investigadora del INTA reconoce que “están básicamente al alcance de todos”. Bajo esta línea puntualiza que hoy en día el precio que tiene un monitor de rendimiento a lo que sale una cosechadora es “insignificante”porque “ya ni vienen cosechadoras sin monitor”.

Al referirse a los otros dos avances, ya mencionados (banderilleros y piloto automático) la ingeniera reconoce que las personas que los usan para trabajar “no dudan en comprarlo porque para ellos tiene muchas prestaciones”. 

Claro está, que hay otro tipo de tecnología de altos costos. Kemerer explica que en los últimos años han empezado a surgir las plataformas web de gestión de datos donde se usan imágenes satelitales. Ayudan a detectar qué sector del campo está mejor condición que otro o rinde más que otro y a partir de los mapas de rendimiento se puede sacar la información y monitorear cómo evoluciona el cultivo durante la campaña. “Estas sí, no son de uso tan generalizado”, sostiene. 

También recuerda que hace muchos años existen unos sensores que van en las máquinas y sirven para detectar diferencias en el cultivo y hacer una fertilización variable en tiempo real. “La máquina lee y aplica un modelo de recomendación y varía la cantidad de fertilizante en el mismo momento. Es uno de los mejores desarrollos que hay, pero todavía no se ha adoptado lo suficiente por los costos”. 

Al respecto, el ingeniero Repetto menciona una aplicación dirigida de productos químicos: “Hay varios sistemas que detectan la maleza y aplican solamente donde se encuentra. Esto tiene impacto tanto en lo económico porque hay un ahorro en productos químicos para controlar estas malezas complicadas como en el impacto ambiental”. 

En cuanto a los drones la profesora de la UNER reconoce que no han tenido mucho impacto: “no ofrecen ningún beneficio que no te lo otorgue otra tecnología más barata”. 

Desde el laboratorio

En esta búsqueda para reducir el impacto ambiental y costos de los fertilizantes químicos, desde los dos laboratorios del Instituto Tecnológico de Chascomús (INTECH, Conicet-UNSAM), trabajan para reemplazar ese uso por fertilizantes biológicos, es decir, por microorganismos que están en el ambiente. “Una vez aplicado sobre la planta, hace que asimile ciertos nutrientes”, cuenta a POST el investigador del Conicet Fernando Pieckenstain.

El experto aclara que esta tecnología ya se usa para muchos cultivos agrícolas y su aporte es “desarrollar insumos biológicos para cultivos forrajeros destinados a la producción de pasturas para la ganadería, y de una tecnología para optimizar su aplicación en las semillas. Lo que se conoce como tratamiento profesional de semillas”. Es decir, que los insumos biológicos y aditivos se apliquen a las semillas antes de la siembra y no como algo aparte. 

Tanto las tecnologías mencionadas como muchas otras que se estudian en los laboratorios y en el campo avanzan en busca de disminuir el impacto ambiental y cuidar la salud del trabajador como así también mejor la producción. Por eso Repetto concluye: “La tecnología nos facilita enormemente nuestra tarea. No usarla, la verdad, es una picardía”. 

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