Cómo los hábitos saludables influyen en la economía personal

Por Equipo Santander Post | 10-03-2023 | 6 min de lectura

Por qué y qué tipo de actividades pueden repercutir positivamente en las finanzas personales de las personas. Las razones claves para creer y llevar adelante.

Una acción lleva a la otra y así, todo se expande. Expertos y estudios revelan que el desarrollo de mejores hábitos como realizar actividad física, mantener una dieta equilibrada o dormir adecuadamente, no solo garantizan una buena salud física y mental, sino también un equilibrio financiero.

Desde Santander.com confiesan que, a primera vista, puede ser difícil reconocer la relación que existe entre los hábitos saludables y las finanzas personales. Sin embargo, estos dos aspectos tienen mucho en común

Por una parte, cuando la persona cuida su bienestar físico y mental, también favorece a su desarrollo personal y profesional, previniendo enfermedades o dolencias que podrían traducirse en costes económicos a futuro, ya sea por los tratamientos médicos o por la incapacidad de trabajar, entre otras consecuencias que afectan a los ingresos.

Por otro lado, a través de los hábitos saludables también se puedes cumplir objetivos específicos como ahorrar o reducir los gastos, así como contribuir con un consumo más responsable de los recursos naturales, gracias a modelos como el de la economía circular o economía colaborativa.

5 hábitos saludables para las finanzas personales

Desde Santander.com resumen 5 acciones que son beneficiarias para el desarrollo personal y financiero de las personas:

Realiza actividad física: Cuando de ejercicio se trata, las personas suelen pensar en largas rutinas de gimnasio, corriendo en una cinta o levantando pesas, entre otras actividades. Pero la realidad es que, haciendo algunos ajustes en su vida diaria, pueden mejorar su salud física y mental, ahorrar dinero y beneficiar al planeta.

Caminar o utilizar la bicicleta, siempre que se pueda para ir al lugar de trabajo o estudio, es una forma de reducir la utilización de vehículos (como el auto propio) y, en consecuencia, el coste por el consumo de combustibles fósiles como la gasolina. 

Así también las personas contribuyen a la disminución de la emisión de gases de efecto invernadero como el CO2. Lo importante es que se realice la actividad física que mejor se adapte a sus circunstancias durante al menos 2 horas y media a la semana, según la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) si la edad está comprendida entre 18 y 64 años.

Aliméntate adecuadamente: Los productos azucarados, procesados o las frituras, entre otros, suelen ser una tentación al momento de hacer la compra y no siempre proporcionan los nutrientes que necesitas para tu día a día. 

Una buena idea es elaborar una lista antes de ir al supermercado para evitar aquellas compras por impulso y que representan un gasto adicional para tus finanzas. También las personas pueden acudir a los mercados de proximidad y aprovechar la oferta de frutas y verduras de temporada o elegir alimentos sin arreglar ni envasar. Esto ayudará a ahorrar dinero al mismo tiempo que se consume alimentos frescos y más saludables.

Descansa lo suficiente: Seguramente, alguna vez, al empezar el día, las personas sienten que se levantan con cansancio físico, mental o simplemente de mal humor. La respuesta podría estar en la cantidad y calidad del sueño

La falta de un descanso reparador afecta capacidades como la atención, concentración, aprendizaje o la memoria, y podrían influir negativamente en la toma de decisiones importantes, como las financieras. 

Además, aumenta el riesgo de sufrir lesiones y accidentes relacionados con la somnolencia, que podrían -además de afectar a tu salud como aspecto más importante- lastrar la economía familiar debido a los costes médicos o la disminución de ingresos, por ejemplo.

Sé constante con tus propósitos: El hábito de la disciplina te puede ayudar a fomentar otros hábitos, como los mencionados anteriormente, así como alcanzar los objetivos que se planteen en las diferentes facetas de tu vida: hacer más actividad física, ahorrar para un viaje o aprender un nuevo idioma son propósitos que tienen en común la constancia. 

Elaborar un calendario con los días en los que se quiere hacer ejercicio o un presupuesto mensual para controlar mejor las finanzas personales y reunir el dinero para las vacaciones, son dos ejemplos de cómo, con un poco de planificación, se puede mantener los objetivos a la vista y enfocarse en cumplirlos.

Así como, para crear el hábito de hacer actividad física o alimentarse saludablemente, se necesita tiempo y dedicación, con los propósitos para mejorar la salud financiera ocurre lo mismo. Por ello, Santander.com comparte el contenido de ‘Tu Futuro Próximo’, el blog de Santander Consumer España, don explican cómo se puede crear el hábito del ahorro.

Consume con responsabilidad: El consumo de bebidas como las alcohólicas o sustancias como el tabaco son algunos ejemplos de hábitos negativos que también pueden perjudicar la salud y economía de las personas. 

Al gastar dinero en ellos, provocan de forma directa una disminución en los ingresos. Esto, sin contar el coste de su tratamiento o la pérdida financiera debido a las enfermedades que ocasionan, las incapacidades laborales o la situación de dependencia que generan, entre otras.

En el ámbito económico, también es posible realizar un consumo responsable y que contribuya con el cuidado de la sociedad y del planeta. Por ejemplo, a través de las finanzas sostenibles, con productos de inversión responsable como los bonos verdes o bonos sociales, o simplemente adoptando hábitos como utilizar las aplicaciones de segunda mano para darle una nueva oportunidad a los dispositivos electrónicos que no utilizas o reduciendo el consumo energético en tu casa u oficina para no malgastar los recursos naturales.

Los hábitos saludables en el mundo empresarial

Cada vez más empresas se preocupan por fomentar los hábitos saludables en sus entornos laborales. Además de ser una forma de contribuir al bienestar de sus empleados y retener o captar el talento, también contribuye a alcanzar los objetivos y mejorar los resultados en materia de productividad.

Iniciativas como las jornadas de actividad física en los lugares de trabajo, charlas con especialistas para concienciar sobre la importancia de cuidar la salud física y mental dentro y fuera del trabajo o formación en primeros auxilios les reportan a las empresas beneficios tales como un mayor compromiso de los empleados y mejores vínculos entre los compañeros. En definitiva, un equipo saludable trabaja mucho mejor e impulsa el crecimiento empresarial.

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