Respecto a los que recién comienzan un camino laboral, los sub 40 tienen más ventajas relacionadas con la seguridad personal y financiera. Conocé de qué manera se manifiesta la trayectoria profesional, las fortalezas, y las debilidades, en distintos casos de éxito.
La principal ventaja de emprender radica en que no hay edad para hacerlo: cada vez más jóvenes lo están haciendo en los inicios de su carrera profesional y los trabajadores de más de 40 años, que ya tienen experiencia en el mundo del trabajo, empiezan a incursionar también
Tras años de trabajar como dependientes, estos trabajadores y trabajadoras alcanzan un nivel de comprensión más avanzado de cómo funciona el sistema, así como también una seguridad financiera. Por otro lado, tienen una capacidad de ahorro que quizás facilite el emprender de manera más rápida. La experiencia que otorga el tiempo vivido a esta edad, facilita las posibilidades de empezar un nuevo negocio.
¿Se puede emprender a cualquier edad?
Comenzar un nuevo emprendimiento siempre puede parecer una idea emocionante y temible a la vez. Independientemente de la edad, cambiar de rumbo en lo laboral siempre supone distintos desafíos a enfrentar y diversos obstáculos a sortear para encaminar los proyectos hacia el puerto deseado.
A partir de los 40 existe un gran número de ventajas que pueden facilitar el camino y ayudar a quienes toman la decisión de transitarlo con un paso más seguro.
Además, aquellas personas que ya hayan emprendido en su juventud, cuentan con la ventaja del terreno conocido (incluso aunque sus nuevos proyectos se desarrollen en distintos rubros), lo que les da una seguridad distinta para tomar la decisión.
Gastón Gorosterrazu, creador y CEO de Aptugo, la primera herramienta visual inteligente de desarrollo de software de Argentina, se refiere a este punto y cuenta cómo la experiencia fue clave para animarse a hacerlo otra vez. “Casualmente tuve mi primer gran emprendimiento antes de los 20 y mi segundo gran emprendimiento después de los 40. Esto me sirvió para darme cuenta de la experiencia que uno tiene ya siendo adulto. A los 20 querés solucionar algo grande. A los 40, querés solucionar un problema que se ve desde hace mucho tiempo y que nadie lo trató”, señala.
De acuerdo con el emprendedor, los 40 fueron la edad ideal y justa para volver a emprender. Asegura que moverse en terreno conocido y seguro era la forma que tenía de llegar al éxito, y la experiencia que le había brindado trabajar en distintas empresas y distintos puestos, sumó muchos puntos.
Sin embargo, Gorosterrazu reconoce que a esa edad el marco laboral no es sólido ni sencillo para quienes desean emprender en Argentina. En el país aún hay muchas limitaciones laborales en cuanto a la edad que en otros lugares del mundo se han eliminado por completo. “Así y todo, cada día estoy más convencido de que es totalmente posible emprender a los 40 años, aunque es diferente que hacerlo en otra edad. Cambian los objetivos, las dificultades y las realidades”, agrega.
La edad y los prejuicios en el mundo laboral
Cada vez más aparecen en portales de búsquedas laborales publicaciones dirigidas a un público “mayor” (la mayoría de ellas señaladas como “+50”, “+60”, entre otras). Sin embargo, aún estamos a años luz de contar con un mercado laboral inclusivo que tenga en cuenta a trabajadores y trabajadoras de diferentes edades que se encuentran en perfectas condiciones y capacidades de incorporarse a nuevos trabajos.
Tal como fue señalado por Gorosterrazu, una de los contras de emprender pasados los 40 años es la desconfianza que hay en el mundo laboral argentino hacia los trabajadores de esa edad o más, a esar de que en su mayoría sean los más experimentados. Vicente Leo Martín, fundador y CEO de Flash Agro, un marketplace para la compra y venta de servicios y productos asociados a la producción agropecuaria, comenta su experiencia de armar un negocio independiente bastante tiempo después de cumplir 40 y las sensaciones que eso acarreó.
“En realidad no me importó demasiado la edad en su momento. Yo tenía 54 años, me surgió una idea que me motivó mucho y empecé a meterme más en el tema, y así fui creando lo que hoy es Flash Agro”, explica. De acuerdo con Martín, uno de los factores que tuvo a su favor fue la facilidad con la que coincidió con quienes hoy son sus socios en el negocio. El empresario explica que de esta unión nació una gran motivación que potenció el proyecto de la mejor manera.
Sin embargo, también asegura que hubo varios factores que necesitaban estar en orden antes de empezar para que la entrega al proyecto fuera total y mismo pudiera dar sus frutos. El emprendedor comenta que cada uno tenía sus actividades externas, lo que hacía que el desarrollo de los planes fuera más lento, al igual que la necesidad económica para invertir.
“Obviamente, la disponibilidad de plata fue un obstáculo y sobre todo a partir de ahora que estamos bastante encaminados con el emprendimiento. Pero el tiempo puedo decir que es lo que menos alcanza y lo más difícil de manejar”, comenta. No obstante, para Martín emprender fue clave tras años de fracasos laborales: “me hizo sentir muy motivado y darme cuenta de que podía lograr algo valioso, más allá de la edad que tenía”.
Las claves para emprender después de los 40
De acuerdo con Joaquín Sepúlveda Lemus, fundador y director de SimplEstate, plataforma de inversiones inmobiliarias, emprender “no es para todos, más allá de la edad” y explica: Cuando emprendes todos los desafíos los tenés sobre tus hombros, sin importar la edad que tengas. Emprender es tener más ‘no’ que éxitos. Uno no tiene la posibilidad de hacer la plancha, siempre hay que renovar energías y estar preparados para esto”. De acuerdo con las palabras de Sepúlveda Lemus es necesario estar preparados para enfrentar adversidades al momento de emprender, sabiendo que no siempre será tan fácil como esperamos que sea, pero confiando en que la perseverancia es todo.
Tomando como referencia los testimonios de los diferentes emprendedores mencionados, podría decirse que hay diversos factores a favor muy importantes a tener en cuenta si se quiere emprender después de los 40. Los mismos incluyen una visibilidad más formada acerca del panorama laboral y económico no solo a nivel país sino también a nivel personal, una mayor estabilidad financiera que permita invertir y avanzar a paso seguro y la habilidad de delegar tareas, consecuencia directa de la experiencia en empresas y distintos cargos.
Asimismo, requiere también de una capacidad de adaptación a nuevas formas de trabajo a las que quizás no se está tan acostumbrado con el fin de seguir el ritmo de las nuevas tendencias. Es necesario romper con algunos hábitos ya afianzados que no sean beneficiosos y trabajar en ser más receptivo frente a nuevas ideas. La capacidad de adoptar nuevas rutinas y nuevos enfoques (como por ejemplo, la importancia de centrar un negocio en lo digital) abrirá muchas puertas y hará de emprender una tarea más sencilla a cualquier edad.
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