El BCRA acaba de aprobar los nuevos billetes de $10.000 y $20.000 que comenzarán a entrar en circulación en junio de este año. En POST te contamos cuáles serán los beneficios para la economía del país y tu operatoria.
Debido a la inflación local, los billetes de $1.000 y $2.000 perdieron considerablemente su valor, por lo que hoy se necesita una gran cantidad para realizar algunos pagos como compras en el supermercado, una cena en un restauran o incluso el alquiler o el seguro de un vehículo, si se hacen en efectivo.
En este sentido, si bien los pagos digitales son mucho más beneficiosos que aquellos realizados en efectivo, que hoy son de carácter excepcional, aún existen personas que prefieren o necesitan, por alguna situación en particular, realizar transacciones en efectivo.
Por este motivo, el Banco Central, con el objetivo de facilitar estas operaciones, aprobó el billete de $10.000, que tendrá la imagen de Manuel Belgrano y María Remedios del Valle, mientras que el de $20.000 llevará el rostro de Juan Bautista Alberdi.
¿Cuáles son los beneficios en la economía de introducir billetes de mayor denominación?
Fernando Villar, asesor financiero independiente, explica a POST que, en términos simples, los beneficios son una mayor facilidad para las personas en la operatoria y una disminución de los costos asociados al dinero.
“Si bien la mayoría de las personas bancarizadas no suelen usar efectivo, aún hay sectores de la economía que lo requieren, por lo cual podrán manejar mayores montos en menores volúmenes. Además, muchas veces ciertos negocios que realizan constantemente transacciones en efectivo se les complica manejar grandes cantidades de billetes, lo que incrementa los costos de transporte y seguridad”, argumenta.
El especialista detalla que la situación actual, con denominaciones tan bajas, es un problema para muchas entidades, especialmente para el propio BCRA que contaba con bóvedas llenas de billetes y debía alquilar nuevos espacios para colocar una cantidad creciente.
Federico Domínguez, asesor y magister en finanzas, recuerda que el billete de máxima denominación actual apenas vale dos dólares, lo que deteriora los cajeros automáticos que terminan teniendo una vida útil muy inferior a la del resto del mundo que operan con pocos billetes. “Con billetes de mayor denominación, todos los sectores se benefician, los bancos, las empresas e incluso las familias”, considera.
Federico Pablo Vacalebre, profesor de la Universidad del CEMA, añade que las nuevas denominaciones mejorarán la logística del sistema financiero, que no tiene sentido con billetes de tan bajo poder real de compra, y habilita al estado a controlar los costos de adquisición de los billetes terminados.
La circulación de los nuevos billetes no implica mayor emisión monetaria
Villar explica que un error común de las personas es pensar que, debido a que se imprimen nuevos billetes, necesariamente se está emitiendo y no siempre es así. “La circulación de los nuevos billetes no implica necesariamente emisión, ya que el estado puede eliminar billetes de menor denominación por el equivalente a lo que se está emitiendo. Por ejemplo, un billete de $10.000 podría implicar la destrucción de 10 billetes de $1.000 o 20 billetes de $500”, argumenta.
Vacalebre señala que el billete de mayor denominación actual, que aún es escaso, equivale a una suma cercana a los 2 dólares, según el tipo de cambio MEP. “Lo único que implica imprimir billetes de mayor denominación aún es convalidar y reconocer un proceso inflacionario de mucho tiempo que pulverizó el valor de la moneda”, sostiene
“Las nuevas denominaciones mejorarán la logística del sistema financiero”, Federico Pablo Vacalebre, profesor de la Universidad del CEMA.
“Por otro lado, y como consecuencia de ello, se debe admitir que, en el camino, se rompió la nominalidad, una consecuencia lógica y esperable. Es por esto que no va a implicar una mayor emisión, sino que la economía, en términos nominales, se está moviendo en otro rango”, agrega.
¿Cómo se implementará?
Vacalebre considera que, pensando en su producción, la introducción de estos apenas se notaría en la circulación. “Para comprender mejor cuán rota está la nominalidad en la economía pensemos que un billete de $50.000 equivale hoy a 50 dólares. Recordemos que, en diciembre de 2017, se lanzaba el billete de $1000 y, con un dólar a $17 (sin cepo), dicho billete equivalía a poco más de 50 dólares”, recuerda.
Para Villar lo más lógico es que se implemente de a poco y que el BCRA, a medida que recibe billetes en mal estado, los vaya reemplazando por los nuevos de alta denominación. “Además, es muy probable que se implemente por etapas, ya que se tienen que adecuar los cajeros automáticos, entre otras cuestiones de la economía. En mi opinión considero que, teniendo en cuenta el contexto actual, se deberían generar billetes de $50.000 e incluso $100.000 para facilitar algunas transacciones grandes que pueden llegar a ser en efectivo”, concluye.
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